Estar bien calientitos viendo pelis en el sofá o en la cama es uno de los mayores placeres de la
vida; especialmente cuando llueve, y si va con chocolatito caliente y un amorcito al lado, mejor.
Pero la triste
realidad es que estar más de tres horas echados en el sofá, viendo televisión,
puede llegar a matarte (es en serio).
Nuestro cuerpo
está diseñado para ser activos y resolver problemas. El alimento que consumimos
se convierte en energía para asumir los retos de la vida diaria. Si nos
acostumbramos a pasar mucho tiempo inactivos frente al televisor, nuestro
metabolismo se hace cada vez más lento y la energía que dejamos de utilizar se
re-convierte en materia, generalmente en esa grasita abdominal que luego es tan
difícil de bajar.
Convertir nuestros
fines de semana en maratones de cine en casa puede llevarnos al peligroso
sedentarismo. Un metabolismo aletargado genera daños en el sistema
cardiovascular, en el sistema renal y deterioro cognitivo. Es decir,
demasiado descanso enferma y nos hace menos inteligentes.
En una
investigación publicada por la revista JAMA Psychiatry, en el que estudiaron a
3200 personas durante 25 años, aquellas que pasaron más tiempo viendo
televisión tuvieron peores resultados en ejercicios de memoria y análisis de la
información.
En conclusión, lo
mejor para nuestra salud física e intelectual es combinar la televisión con planes
más activos.